Los psicólogos somos profesionales formados para el trato con el paciente en aquellas dolencias que no tienen por qué cursar con síntomas físicos y/o visibles.
Por lo general, desde que el mundo es mundo, aquello que tiene que ver con el cuidado mental se ha visto infravalorado y se ha despreciado a quiénes acudían a consulta psicológica, por considerarles débiles o locos.
El paso del tiempo y el cambio en las costumbres de las personas nos ha ido enseñando que todos los cuidados son necesarios y complementarios.
Los humanos estamos formados por millones de células, y cada una de ellas tiene una función importante para nuestro viaje vital. Nuestro cerebro es nuestro ordenador de a bordo y, si este falla, puede ocasionarnos graves problemas. Las dolencias psicológicas que no llegan a categorizarse como enfermedad psiquiátrica pueden considerarse poco importantes, pero quien lo sufre, a menudo ve afectada su vida de manera notable.
Hay ocasiones en las que sentimos que todo nos supera, que no somos capaces de dar lo mejor, que nos colapsamos y no podemos continuar, que cosas que nos gustaban ahora no nos llenan, o, incluso, que nada lo hace. Tal vez nunca nos hemos terminado de encontrar a gusto con nuestro cuerpo o nuestra forma de ser… Esos síntomas -y muchos otros- nos avisan de que necesitamos hacer algo por y para nosotros; Y, si no podemos, debemos pedir ayuda a quién sí pueda.
Si te encuentras en esa situación o en una parecida, hazte cargo, podemos ayudarte y ponerle remedio. Dejar pasar el tiempo rara vez ayuda con este tipo de problemas.